Las flores siempre son sinónimo de renovación; es que el ciclo de la naturaleza siempre pasa por la reproducción, las flores, los frutos e instintivamente lo asociamos con la renovación.
Pero la gracia de este vinilo decorativo radica en lo sutil de su diseño; son flores sí, pero son tan leves, tan etéreas que otorgan un panorama diferente a la habitación transformándola.
Casi que le va bien cualquier combinación de tonos pero ¿qué tal quedarían 2 o 3 conjuntos de estos vinilos en tonalidades suaves, apenas perceptibles sobre un fondo un poco más oscuro?
Otra posibilidad; dado que los trazos son tan finos y, si se escoge para una cocina o comedor, qué bien quedaría colocar vinilos decorativos con estas flores en colores que exploten el sentido abrupto del contracolor; por ejemplo rojo-verde, amarillo-lila; siempre -en este caso-sobre fondo blanco.
Lo que sí, no por leve y sutil este vinilo permanecerá en el olvido. Por el contrario es un diseño muy penetrante y positivo; ideal para tenerlo en cuenta ahora que queremos renovar un poco nuestros espacios.
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