Si te gusta la decoración oriental puedes optar por esta imagen que nos recuerda varios elementos japoneses. En primer lugar, el color predominante, el rosa, típico de la flor del cerezo que es una de las figuras más hermosas que uno puede asociar a Japón.
Es indudable que la flor del cerezo tiene algo mágico. Estar sentado bajo la sombra de un cerezo florecido es como estar admirando un bonito óleo en tres dimensiones del que tú formas parte.
Otro de los elementos que aparecen aquí es la figura femenina con el kimono; una simpática geisha con paraguas que termina por darle un toque de dulzura a la imagen.
El vinilo queda muy bien si se adhiere a una pared sobre fondo blanco o de un tono muy suave, casi parece no admitir otra tonalidad. Una habitacion juvenil sería uno de los lugares ideales para este mural, quizás en este caso podríamos jugar más con los colores de fondo.
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