Este vinilo me encanta, me recuerda a un laberinto o también a más de un cuadro famoso; un poco de cubismo y hasta diríase que tiene dentro de sí, las líneas de Nazca. Me gusta para poner justo encima de un sillón en la sala o en la pared que anticipa la vista del comedor ¿los colores? El verde oliva claro sobre gris hielo viene genial pero no subestimaría el naranja y el borra de vino.
Está inspirado en el arte contemporáneo y combina perfectamente con un mobiliario minimalista que te haya quedado de hace unos años atrás; pocas líneas y no más de 3 colores para combinar porque si tienes un ambiente muy colorido, el diseño -muy bonito, por cierto- se perdería en la vista.
Es un vinilo ideal para dimensionar un ambiente pequeño porque no le sobrecarga y porque los espacios entre las líneas tienen un área pequeña.
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