La estética es común a la búsqueda de la perfección que caracteriza a los animales racionales que afinan este “sentido” cuando más inteligente y capaz sea su aparato lector. Es, esta lectura de lo bello, una información en toda regla y su lenguaje indica otra escuela: el conocimiento del observador.
La escuela de arte moderno ha sido también un cuerpo sensible a esta magnificación de lo armonioso, equilibrado, respetuoso del proceso “observación” y, sobre todo, dinámico mundo de las formas geométricas.
Este elegante mural decorativo se vale de formas caladas y circulares, de tamaños variables que permiten una evocación pitagórica de la espléndida visión que este sabio tuvo de lo que llamó “la armonía de las esferas”.
El material permite un mantenimiento ideal, es una propiedad indiscutible del vinilo. Los tamaños oscilan entre superficies de 118 x 157 cm y 60 x 80 cm, hay también dos tamaños intermedios uno de 90 x 120 cm y otro de 75 x 100 cm.
Aproximarse a las delicias del arte y de las matemáticas pueden ser dos formas paralelas de permitir el flujo de luz a nuestra vida, una existencia ansiosa de airear la hermeticidad de lo viejo y renovar el espacio con una incursión del futuro.
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