Este vinilo decorativo es un ejemplo de lo mucho que puede lograrse con algo tan simple como “palitos”; sí, nada más que palitos que se cruzan y en ese cruce absorben parte de la luz que debería pasar por la ventana ¡y queda genial! porque el efecto es mucho más que un simple arenado, produce algo que siempre que se quiere decorar se busca; produce una “sensación” diferente.
Una sensación que es difícil de describir pero que contribuye a que un ambiente ultraordenado, mínimo, monocromático; resalte a la vista y ofrezca un panorama diferente. Esa sensación también pasa por esos minutos de sorpresa en que la vista se adapta e intenta ver qué es lo que está viendo.
En realidad no hay un significado más que un resultado bonito y mejor que si no estuviera allí el vinilo.
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