Como ya lo han dicho hace milenios los sabios del viejo continente, los iluminados de Oriente y los místicos, testigos directos del amor universal, este sentimiento no se limita únicamente a la pareja sino que incluso trasciende a las formas conocidas y ama todo lo que hay.
Por eso, un mural con senda de corazones, puede representar una suerte de gran universo donde el amor es el lenguaje que mejor sabe expresar. Eso es lo que despierta el presente mural, esa certeza de saber que no hay mejor explicación de lo que somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos. Un camino de corazones puede bien, representar esa discurso mental sobre lo que se ama o la aparente evolución de la inconsciencia de sí a la sapiencia de un algo común, y más que una colección de corazones, una fusión que precede a toda separación o disociación.
Un mural con un símbolo tantas veces garabateado y que, sin embargo, es una representación de un momento particular y propio, un momento de sentimiento pleno en el que se asoma, el espíritu, a su verdadera naturaleza. Abre los ojos a este camino de corazones y sabrás que ya estás ahí.
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